En casi todos los países del mundo está reglamentado el servicio de transporte público prestado a través de taxis, siendo las asociaciones de taxistas una parte importante de esa regulación. Sin embargo, este no es el único tipo de asociación que puede darse con la finalidad de buscar optimizar el servicio, ya que también desde el punto de vista de los consumidores existen niveles de organización que permiten abaratar los costos.
Aún cuando el servicio de taxi se caracteriza por ser un servicio particular, en ocasiones los clientes se asocian, bien sea de manera circunstancial o permanente, para contratar un servicio de taxi que transporte simultáneamente a más de una persona. De esta manera, personas que trabajan cerca o que son vecinos, deciden ponerse de acuerdo para dividir los gastos del servicio. Esto lo hacen tomando ventaja de que el servicio de taxi se cobra en función de la distancia recorrida independientemente de la cantidad de personas que se trasladen de un punto a otro. Para ellos, los asociados deben acordar previamente el lugar y la hora de salida del servicio, bien sea personalmente o a través de las plataformas ya existentes para ello.